domingo, 21 de junio de 2009

HASTA EL CANSANCIO

Horas, pequeñas horas de enlutados rostros. Aromas olvidados que de pronto cobraron aliento y me figuraron otra dimensión de la cual había estado huyendo antes de la aparición del tiempo, y del otro lado en el cual me sumergí cuando apenas si existían mis venas. !Que detalle!
En otras latitudes estaríamos levitando suposiciones desprovistas de enigmas matemáticos. Estaríamos acumulando tesoros inservibles, cosas, objetos, cualquier cosa que nos haga sentir importantes, seguros, a los que les damos valor para no sentirnos mal de nuestra gastada inversión. Siempre he pensado que no se necesitan muchas cosas y comparto el pensamiento de que al fin de cuenta no las podemos tener todas, porque "¿dónde las pondríamos?" Pero, la gente casi nunca piensa esto hasta que detalla sus venas, cosa que a mí no me ocurrió, no por ser extraterrestre, sino por estar en el lado equivocado del sistema, ese que te dice qué hacer; todo el tiempo las mismas preguntas, ¿quién? ¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?. En fin inventariando mis cosas, decubro que aun tengo de más, así que ya mismo empecé a darles otros usos. Sí, el detalle del día de los enamorados, el del día de los amigos, el alumno, la madre, el padre, el día de la raza, el día de la libertad del país, el día, del agua, de la tierra, del árbol, el día del niño... en fin, cualquier otro día que exista y del cual tenga conocimiento y también cualquier otro día que adjudique a mi invención. Es así que celebro el día de no hacer nada, el día por el cual hubo una razón para haber nacido y mejor o peor aun, por seguir aquí cuando, como escribí en otra ocasión debería estar del otro lado. El día de las hojas caídas, "pienso luego existo", el día de estar a la intemperie, el día de los iletrados y el día exclusivamente para mí. Apuesto que aquellos que leen estas líneas, tendrán sus propios días, pero... en qué iba antes de esto?
Por razones verdaderas o falsas, no lo sé, estar degustando de antiguos acertijos, evaporando todas las ideas malsanas de mi sistema y observando las venas que cada día se me antojan muy exóticas, es muy importante para mí, escribir que escribo sobre asuntos tontos, los cuales no tienen importancia, y además no crearán ninguna consecuencia en mi blog, porque a fin de cuentas las cosas, los objetos, los cachivaches, mis venas, bien ¿cómo termino?
CONTINUARÁ...

lunes, 15 de junio de 2009

SIN ESPACIO


Porque la franja naranja se hace cada vez más delgada es que veo cada sintonía abarcante en aquel destello largo, casi transparente, es allí sobre el puente de esa peligrosa vía de alocados ruidos donde siento bosques diminutos, arroyos diluidos y algunos pájaros en silencioso cielo, son aquellos que no han muerto por casualidad o por el resto de los que quedan, porque los otros ya no juegan, no bailan su danza matutina.

Esto es apenas una imagen. La otra yace escondida detrás de la llanura construida “piedra sobre piedra” que ya se ha vuelto vieja, se deteriora cada día. Nunca la he visto. No se a qué se asemeja. No sé cuál es su color. ¿Tienen ojos tristes? ¿Tienen mirada o acaso sonrisa? Tal vez solo lágrimas, lágrimas de olvido. Ese olvido consagrado que serpentea en cada baldosa reluciente, aquellas atestadas de mentes vagas que gastan el suelo y no tienen vida.

¿Dónde está el río? ¿Dónde están las ramas y los frutos?
Se quedaron, creo, en el antiguo imaginario colectivo, donde las caras cuentan relatos mágicos de aquella otra ciudad que nunca conocí y que ahora se devuelve en mis sueños.

Es ahora que estoy envejeciendo que miro la ciudad, que siento su misterio. Es ahora que escucho cómo golpea la lluvia, cómo danza el viento; ahora que creo estar muriendo. Es ahora que puedo dibujar una silueta y amarrar el dolor para soltar palabras que sean mi cuna en gestación, mi segundo gran enredo. En ahora que no soy de acá y que el fantasma es el que camina. Siento, ¡Como ha pasado el tiempo!

¿Dónde estaba mi alma? Siempre ha estado aquí, eso creo.
Una conocida voz me dijo: hay espacios más allá del tiempo donde las gentes van al río, ven el mar, ven el cielo, ven los pájaros, ven los verdes tupidos enredos. Ven una odisea vacilante que camina ligero y que se estaciona en la calle del recuerdo. Estos deben tomar aire… anhelan las corrientes frías del invierno, ese que llega cuando las hojas parten en vuelo y se ven destellos de colores, y llegan las sonrisas y llega el cielo.

Hoy,
Aquí…
¿En qué pienso?
A las cinco de la tarde he de partir de nuevo, viendo aquella delgada franja, ¿acaso naranja?, ¿acaso ocaso? Ese tenue color que nunca olvido, que siempre tengo.

PERFIL

PERFIL

Hila, hila, hila…
Zig zag, zig zag,
Era un ojo despierto, tranquilo y equivocado.
Fue la fuga del viento al caer en la plaza…
Estaba equivocado.

En las noches trabajaba en aquél lugar de especias y guisantes,
Arruinaba su día el sol y el mar,
Tomaba cursos de francés,
Mezclaba listas triunfando sobre el dolor.

Cose, cose, cose…
Curva, curva, curva,
Vestido café con grandes espacios de espalda y pecho
Sonrisa brillante,
Ojos negros,
Se refería al insecto de la pared.

Los días no son iguales en aquel lugar de especias y guisantes,
Huidas y corridas para todos,
Voz grave y monótona,
Una tonada lejana,
Un libro negro.

Teje, teje, teje…
Siente, siente, siente,
Es el margen de lo imposible, Lo dudoso.
Una sobrecarga absoluta sin distancias
Para observar mirada, fingir rechazo, explorar lenguajes.
Huye, huye, huye…
Reposa, reposa, reposa,
Una sola gota de rocío en el tejado de al lado,
Suspiros entrecortados de espesa locura,
Fragante aroma que rejuvenecen los acentos,
Disparan emociones nuevas,
Convierten tinieblas en vapor de luces que engalana la hora exacta
De cruces de calor.

Observa, observa, observa…
Deletrea…
Un suspiro,
Un conjuro,
Un deseo,
Un calmante,
Un dolor,
Una lágrima,
Una emoción,
Cruza el mundo de la piel,
Ama mis huesos
Ama mi piel.


Pequeños lugares rodeados de luz en el instante cuando el viento tocó el rostro para dejarse morir en medio de un estallido dulce que acompañó las cumbres exactas y parejas hasta bordear sonrisa carmesí de un encanto tan natural y bello como el despuntar de un día en diciembre, por acá, cerca de la ciudad de otros tiempos. Tiempos nunca vividos, recitados por los que ya no están en memoria de los que ahora vamos por veredas y lugares solitarios con algunas cicatrices. Aún los caminantes que nunca fallan sin importar la luz o la sombra.
Tal vez la mejor historia contada fue la del ser que vivió en la mirada de mi abuela; era todo para ella y era todo para él. Esa historia fue hace tiempo atrás, me acuerdo porque fue detrás del olivo y sin importar el desenlace me acurrucaba en sus faldas a escuchar tan bella leyenda de amor, pasión, luna y sol.
Mi abuela logró lo que nadie ha podido antes de ella, y ahora que la recuerdo es mi mejor amuleto ya que estoy hecha de lo mismo…
La hojalata perdió algo de brillo y por algunos instantes sufrió dolores muy agudos, se hizo tan frágil que todos declaraban su ausencia…Vivíamos en un castillo de sueños reales, tan fácil era estar allí como viajar a la luna en menos de la velocidad de la luz. Siempre se escuchaba a Bach, Mozart, Bethoven, música de Jazz y algunos temas populares y folclóricos del más allá, vacilante y nuevo lugar en mi vientre… ráfagas del tiempo…
SOY

A través de tu espacio,
inmersa en el eco lejano de tu voz,
contemplando el ocaso gris en tus cabellos…
primero fue el río,
después fue el mar.

Estuve en el sol vertiente,
disfruté el cálido saludo, acaso solaz y grave de tus lámparas,
estuve perdida en las lágrimas y evasiva por entre arenas frágiles.

Un instante querido…
solo un instante.

¿Vienes?

Memoria de un beso

Dos palabras irrumpieron en las sombras de la noche. Eran las tres de la madrugada y ella seguía soñando un anhelado beso. Hacía mucho tiem...