domingo, 5 de agosto de 2012

Las alternativas que nos da el tiempo

Supongo como todos, en algunas ocasiones y a pesar nuestro... aun estamos aquí. A veces es tan bueno como tan malo, esto es una dualidad.  Ya sabeís que la característica de una dualidad es que ambas son ciertas, una no excluye a la otra. O ambas son ciertas o ambas se excluyen. Por mi parte me encantan las dualidades porque me permite ejercer algún dominio y control sobre las formas, los colores, los sabores, los sonidos y los fragmentos del arte que evoco inspirada en lo antiguo y lo moderno. Para casi todas las cosas existen alternativas y si somos tercos podremos acertar en todas. Siendo libre pensadora, (eso para mí no existe, pero al mismo tiempo se me antoja), no veo televisión desde hace ya mucho tiempo, no tengo tarjetas de crédito desde hace mas o menos el mismo tiempo que tengo de no ver televisión aunque me gustan algunos programas, creo que aun los transmiten; compro de contado así que ahorro y cuando puedo compro aquello que necesito, no aquello que deseo siempre y cuando tenga la suerte de ser lo mismo, lo cual no sucede muy a menudo; tengo pocos amigos, más por mi que por ellos, no voy al cine porque no quiero que me programen y rediseñen a cada rato mi mente aunque tengo películas favoritas, y esto tiene una explicación; no asisto a bares, discotecas ni negocios parecidos y soy vegetariana. Y todo esto ¿por qué? estas y muchas más que seguiré compartiendo son mis alternativas que nos da el tiempo.

sábado, 4 de agosto de 2012

¿Han escuchado que todo tiene su tiempo?

Todo tiene su tiempo, pero, ¿de qué forma se da? ¿en las cosas que hacemos?, ¿en las cosas que pensamos?, ¿en las cosas que suceden sin que tengamos que ver con el hecho?
se cree que cuando nos quedamos quietos el tiempo parece congelarse, bueno, prueba de ello se encuentra en todas aquellas viejas o nuevas fotografías que todos coleccionamos, riéndonos de cuánto tiempo ha transcurrido. 
A mi me encanta el misterio del tiempo porque está directamente relacionado con el misterio de Dios. Antes de ordenar este planeta, Dios lo creo en un tiempo que por ahora es imposible calcular, la Biblia no da detalles, sólo está la frase "en el principio creó Dios los cielos y la tierra". ¿Cuándo sucedió? en el principio, pero así estaríamos por mucho tiempo, un círculo vicioso, no lo sabemos. Pero cuando Dios se dispuso a ordenarlo, encontramos la primera inscripción de ese tiempo. Dios crea los días literales de veinticuatro horas y la semana de tiempo por la cual el mundo se ha regido desde entonces. Pero Dios está por fuera de este tiempo porque se nos ha enseñado que él es eterno. ¿Cómo lo sabemos? La Biblia en el libro de Exódo cuenta que cuando el se presentó a Moisés le dijo su nombre, el cual es traducido como Yo Soy; el gran Yo Soy el que Soy, Dios por siempre. No tiene principio ni fin. Esto es demasiado complicado, por eso es un misterio. Ante todo lo que hay que decir, por ahora solo puedo expresar que el tiempo programado para este mundo se está acabando, pero no sabemos cuándo, y el de cada uno quién lo conocerá. Para esta pregunta existe una sola respuesta, pero sucede que es algo en lo cual debemos meditar.

Ráfagas del tiempo

En lo alto de una montaña, cercano puedo sentir que el tiempo es más sencillo, más fácil de conseguir.
podría guardarlo en una cajita de fósforo porque a veces no requiero mucho de él, no, más bien es porque el tiempo es un suspiro, un pensamiento, un presagio de algo por venir.

Tiempo hay para seguir, tiempo no hay que perder porque las lamentaciones vienen después y los años como dicen los de mayor edad no vienen solos, traen los males que sembramos y lo bueno que dejamos de hacer, el sacrifio de los padres y los mejores momentos que se olvidan por el afán de los segundos que implacables transitan sin dar tregüa a todo lo que debemos hacer. Sería mejor no haber nacido, dijo el bueno de Job, pero no somos dueños de nosotros mismos y por eso no ejercemos control para existir, sólo podemos como hizo el Rey Ezequias pedirle a Dios que nos conceda algunos años más para poder vencer, pero no al tiempo, sino a nosotros mismos, a los de pies ligeros y ojos taciturnos los soldados de nuestra mente y los artilugios de nuestro espíritu. 
El tiempo no es mío pero a veces me adueño de él, el tiempo no se detiene pero a veces parece morir. El tiempo es un regalo y como todo regalo hay que usarlo bien.

Memoria de un beso

Dos palabras irrumpieron en las sombras de la noche. Eran las tres de la madrugada y ella seguía soñando un anhelado beso. Hacía mucho tiem...