miércoles, 3 de febrero de 2010

Todos queremos decir algo

Porque todos queremos ser escuchados es que algunos sitios se han dado muy sonoros, siendo voces propias o voces ajenas a las que se aplaude por entusiasmo, por amabilidad, cortesía, porque siempre tendremos amigos más o menos sinceros que se alegrarán con una, o simplemente será la moda del momento. De todas maneras es muy grato poder decir las razones que nos aquejan, las que nos deslumbran, tanto, que de cualquier modo las queremos compartir, nos sean o no positivos los receptores de nuestras dichas y penas o de cualquier causa mediocre y sensata porque a pesar de las apariencias todos sufrimos de eso.
Tengo un lugar perfecto, un sitio cómodo y acogedor donde se puede leer a montones, escribir al mismo tiempo que escuchas música para el insomnio y el cansancio de ciudades como la que vivo. En este lugar se sugieren meriendas nutritivas y otras no tanto, pero de muy buen gusto con las cuales puedes salir de apuros en invitaciones improvisadas, pero que a medida que el tiempo transcurre se pueden hacer más formal. Tenemos de todo un poco en este lugar. Una sala de música para deleitarse con el sonido y el gesto de quienes la ejecutan, una alcancia para dejar una donación y algunos deleites del paladar, gratis, cortesía de la casa por todas las bendiciones del cielo por tan buenos clientes. Los libros tienen un orden contemporáneo, y hay pintadas unas ilustraciones de ensueño, paisajes de marfil y ébano que hacen juego con las fotografías de la creación natural de la ciudad. Para los amantes de la escritura, existen canastas de todos los tamaños donde se guardan papeles de todos los colores y plumas de todas las épocas para recrearse redactando de todo un poco; el andar, el vaiven de sentirse humano, vivo y también muerto en medio del ruido, y el silencio imaginario para escapar de rutinas sedentarias y disfónicas que aquejan al ser humano desde todos los tiempos y épocas, no somos mejores que antes, no somos peores, somos iguales y eso es ya demasiado, desastre. A pesar de todo, este lugar da opciones, brinda descanso... hay que seguir trabajando las demás dimensiones...
porque después de todo un lugar es solo eso, pero la humanidad es otra cosa, siempre buscando un lugar.

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