martes, 13 de abril de 2010

No teníamos tiempo


No teníamos tiempo pero allí estábamos, siempre con una sonrísa que colocara en tercer plano las ojeras maduras, no sólo de los trasnochos, sino también de la absoluta certeza de las huellas adquiridas por la gravedad en la cual nos movemos, pero no es sólo cuestión de física, también lo es de locura y de sueños que son la misma causa y no está de más decir que la nuestra se ha estado cumpliendo con los momentos que sospechamos, por estar acariciando ideas y aquellos imprevistos que sólo suceden cuando una neurona piensa que tiene el control, mientras nos decimos que todo estará bien, casi bien, ahí mismo viene el desorden de muchas otras ideas hasta el momento mantenidas en sujeción pero que son más rápidas por la falta de dominio propio del cual padecemos todos en mayor o en menor grado. El asunto se complica porque no queremos hacer evidente nuestras debilidades, sin embargo celebro las mías, porque cuando una llega a cierta edad, es refrescante retroceder y mirarse a través de otros ojos, los más nuevos y ver que tanta estupidez nos sucede a todos. Bien ya lo dijo el sabio "¿Qué es?, lo mismo que será" "no hay nada nuevo debajo del sol". La intervención se hace popular y las categorías cambian, en fin, algún científico no estará de acuerdo, pero a mi no me interesa esa intervención pues en el mundo de las ideas la primera a veces gana la partida y aquí seguimos, sin tiempo para decir muchas cosas o mejor pocas pero veraces. El asunto en concreto fue que tratando de perfeccionar la obra de arte nos desgastamos tres meses y la última semana fue por partida doble, y le doy las gracias a la gravedad, al insomnio, al agua de panela, y al agua "pura" a los panes de Josefina, la muy querida señora Jose, como le decimos todos. Le doy gracias a todos los que cumplieron con las citas y llegaron a tiempo y también a los menos afortunados o más afortunados que no llegaron a tiempo, aun así participaron de la recompensa, es que en este mundo hay de todo y la verdad no molesta, eso sólo quiere decir que Dios existe y hace cosas muy buenas por todos nosotros que no merecemos nada a pesar de las apariencias, (humanamente hablando) porque más de uno se pasa su tiempo administrando lo bueno que es y llevando una estadística para poder saber cuánto ganan sin darse cuenta de que es mejor el equipaje ligero, así no nos retrasamos, le ganamos un poco al tiempo, vivimos mejor y gozamos sin apariencias, no importan las arrugas en el tiempo, ni el retrato de cuando teníamos quince años y pensábamos que eso de envejecer no era para nosotros... en fin, ¡Que emoción cantar, tocar el piano, escuchar la armonía, sentir el acorde, soñar y ver la realidad de ese sueño.

Felicitaciones a todos, muy buena obra. Ahora vienen los ajustes, porque el tiempo no se detiene, el no envejece.

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