miércoles, 15 de octubre de 2008

Mis venas

Sucede algunas veces, o siempre en la existencia, que vamos por allí sin cuerpo. Somos cuerpo, algunas veces sólo cuerpo, otras mentes sin él. -¿Adónde quieres llegar?- al cuerpo. ¿No has escuchado que tenemos el cuerpo pero andamos sin él?, en algunas ocasiones lo gastamos sin darnos cuenta y cuando nos hacemos lúcidos ha pasado tanto tiempo que no nos encontramos cómodos, entonces debemos rediseñar nuestras líneas y contornos para poder subtraer aquello que yace oculto en medio de la nada evaporada de los recuerdos más caros, que a estas altura se han vuelto notálgicos de tanto padecer insomnios, sol y lluvia... de tanto andar sin parar, de tanto avergonzarnos frente a las dudas y quimeras que representa estar aquí, cuando deseamos estar allá, del otro lado, apreciando una vida más jugosa en medio de charlas contamindas de azucar, risas genuinas, no fingidas de la madurez o de la inmadurez que siempre está escondida en la parte más ingenua de la mente. !Malditas neuronas y sus embroños de acero!, la sed exquisita de padecer el cuerpo, y en él, el reflejo taciturno de las venas verdes, azules, rojas. Mis venas estan acompasadas al ritmo de tarántelas y hojalatas caprichosas, se funden en mis pensamientos, ellas los recorren, las veo venir e irse, ahora las veo más exactas, más hermosas... -no-, nunca las había visto, sólo reciente, hace poco que las descubrí y me sorprendí de verlas tan limpias, !hasta me gustan!. ya asoma mi edad y con ella la madurez esperada, ¿cómo me leyó él un día?, perdí la capacidad de reírme sin importar las equivocaciones. Sí, he perdido muchas cosas entre esas mi historia acerca de las venas, no la encuentro por ninguna parte, la escribí a la antigua y ahora no la encuentro. Pero está el espejo de ella, es mi radiografía de la vida, el apostar la vida desde otra perspectiva, un poco complicada y ausente.
Las que más me gustan son las que se reflejan en mis tobillos, son de un color azul aguamarina, sencillas, complejas, nada ideales, siempre primorosas y delicadas. ellas se riegan con cremas costosas de leche, camelias, sándalos, rosas, miel y otras esencias más equilibradas, algunas me dan mareo, reconozco mi problema con los olores taciturnos que hacen que pierda el sentido, provocan migrañas y resultan extrañas a toda la existencia. - Que exagerada- sí- peor es estar hablando de ellas. No son tan importantes. No lo son hasta que aparecen después de haber estado ocultas, -no- sólo no reflejadas, latentes, esperando a que te dieras cuenta, y así muchas otras cosas que la noche no despierta, pero que la vida te las arroja a la cara con demencia adolescente, fugaz y ligera.
Las venas que se me antojan frescas, un tanto divertidas y viajeras de las emociones representativas en la intensidad de los besos, las entradas y salidas.
continuará...

2 comentarios:

Unknown dijo...

hola Patito...Que buen texto...un viaje en el cambio...buenas propuestas...eres buena

Unknown dijo...

Hola Patito que buen escrito...la coherencia entre la vision de antes y la de ahora...eres buena en esto...espero lo mejor...Dios te guarde

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