jueves, 16 de octubre de 2008

Ser

El amanecer se estrelló porque las luces del alba mitigándose dieron vuelta hacia el pasillo desgastado, en el cual pendiente de un ligero y envejecido clavo, asomaba el rostro de perfil del invitado a la cena la noche en que todo sucedió tan rápido que los mismos recuerdos asolapados estaban entrecruzados por los pequeños cuantos, sí, porque en otras ocasiones eran más ondas que llegaban a mi rostro y lo comprimían hasta dejar que el aliento se evaporara al lado norte del lugar en que escogimos, deambulando sin más motivo que ser de otro modo. Es que ser es un gran dilema, y eso que no hemos contaminado algunas existencias... menos mal me he quedado varada proyectando sólo hacía mi cara, por ahora es mejor así, ya que dadas las circustantias es preciso quedar al lado, un poco aparte para lograr ser algo más elocuente, atractiva y menos ridícula de lo que hasta ahora se ha acuñado y ha venido a ser una idea de reflejos mal tratados, algo tontos y embetunados de un gran agujero negro, sí, la luz se extinguió. Pero a mi me gustan los agujeros negros, y la poca luz de mi habitación y el perfil de tu mirada, un poco más emocionante que las ligerezas de mis palabras, en otras épocas que ahora se me antojan muy lejanas aunque hace poco que sucedió. Espero llegar de verdad a las profundidades del ser que debo ser y del ser que ahora veo en ti. Estoy de acuerdo en que así debe ser y que en el andar de las miradas y los reflejos podremos sentir las emociones primarias de las que ya, según algunas ideas no referencio ni me quedan más grabadas que las miradas de bajo perfil que algunas personas siembran durante los breves lapsos, en que sin más intención que la de regresar a casa, finjo tener, pues a veces la pena me invade y los ojos de otros son intolerables para mi, que en otro espejo me diviso más satisfecha. Ahora complice de Dios es más emocionante el andar, y la existencia detrás de las palabras es una medicina que acompaña la presencia de lo invisible; es así como veo al ser que vive en la baldosa de mi habitación... es elegante, serio, posee mirada triste sin estarlo, espera algo que no puedo descifrar, aun... espero. Es maravilloso, no se hace cuánto tiempo ha estado allí, pero puede ser que la dualidad de la luz lo haya traído a la existencia...
Continuará

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