miércoles, 4 de marzo de 2009

SER DE HOJALATA


Ser de hojalata que has estado tanto tiempo dormido, dime, ¿en que época estoy y para qué he venido?
¿Para qué he venido a recorrer este camino espeso, límbico, pensante de transeúntes implacables e indoctos, donde las palmas y los pies baten alas sacrificadas a dioses ajenos que revolotean en los espíritus apenas optimados de los seres que llamamos hombres?
A los que llamamos hombres, son apenas pedazos de hielo encerrados en la malla clandestina, sin apuros de existir, sólo pendientes de la luna, que bella resplandece en la mirada de los que duermen en regazo seguro, pecho congestionado, cargado de suave líquido lleno de vida que satisface… porque solo ellos tienen la fortuna de saber.
Tienen la fortuna de saber, qué es el día, qué es la noche, qué son los sueños, qué es la fortuna, la esperanza y la fe.
Dime querido ser, ¿qué hago en este lugar?… sola, estoy a tientas, con voz disimulada, mente esquiva, y mi cuerpo se atrofia porque quiere correr, volar, desmaterializarse para llegar al otro lado.
Tú que estas quieto y reposado, por qué no me miras y cantas un sueño en tonos mayores que revivan el espeso bosque de pétalos que recorre mi cuerpo y enciende mi espíritu con los cuales te pueda besar y amar para observar tu mirada de asombro, lo cual sería mi cuento de hadas favorito, sin buscar tensión, sin buscar frenesí porque no lo necesito. No es por Eros, es por Ágape, él si me busca y te busca, te encuentra y me encuentra. Ahora está de tu lado, quiere enseñarte el camino que conduce al final del arco iris.
Mi amado ser, ¿dónde está tu pensamiento? ¿Por qué no te mueves, te acercas a mi y finges una sonrisa? Ahora estoy dispuesta a ser tu palabra, a recrear el tiempo y el espacio donde no hay exactos, ni amarras, ni remos, ni tijeras, ni clavos, ni mimos. Sólo existe el sonido en eco que me recuerda lo bien que estás hecho y lo puro de tu corazón. Quien te fabrico te puso nombre pero yo no lo sé, solo tengo el recuerdo de algunas piezas que tomé de aquel lugar al cual llegué un día de invierno, se me caían los huesos y me brotaban lágrimas congeladas. Dolían …
Pero, dime, dime ¿qué hago en este lugar ocupado de idólatras egoístas y lejanos al cielo, al abismo y al dador de recompensas eternas?
Espera un momento, ocuparé tu espacio, te leeré un cuento, soñarás con él y tendrás mi dicha por virtud conquistada para todos los días, si acaso no muero y después me olvides, pero primero debes jurarme fidelidad, perdón y paciencia.
Nunca olvides tu linaje, tu tiempo y tu lugar, son espejos lineales, puntos y más puntos, todos sobre sombras resplandecientes, acurrucadas en el horizonte de lo inmaterial y místico.
Ser de hojalata, ¿cómo podría encontrar la forma en que hablándome tendría un lugar de listas azules?
Dime, dime, ¿dónde está mi lugar?
Anoche te vi llegar, siempre frío, siempre igual.
¿Por qué no das alas a mi luz y gloria a mi lugar?
Ahora que el tiempo no te hace daño, cuéntame tu secreto para espiar mi lucha apresurando el paso a la muerte, para reír y jugar en medio de tus entrañas colocadas en mi regazo que adornan el mejor momento de la vida de los dos.
Ojos grises, toma mi mano y esparce lágrimas robadas, asuntos de otros tiempos, épocas distantes tras un velo tinto congelado en ese mar que es el cielo, que nos cubre y nos engaña con días y noches interminables, días sin afán, días sin días; atrás del misterio de mi mente, cuando no hay días, solo un espacio para mi sola en que todos giran y río de todos por todo. ¿Acaso no me ves? Es ahora en que el tiempo no es tiempo y el misterio se agolpa que puedo cruzar la frontera para salir y decirte algunos secretos, pero tendrás que hablarme de mí… cómo soy, ¿por qué no he venido a la luz y quedé en tu memoria? ¿Cuándo me dejarás salir y explorar el mundo de hojalata para atravesar venas, y corazón? ¡No me dejes en oscuridad!
Ser, mi querido ser, tu amor es mi garantía, mi regalo perfecto, aquellos que de niños por siempre recibimos de manos queridas, manos de mamá y papá. Mis hermanos están lejos y ahora no los encuentro. ¿Tienes hermanos? Seguramente no de sangre.
Ser de mis sueños sal de tu lugar, avísame mi pasado, mi presente y mi lugar en el nunca futuro, el siempre ahora que de remate vivo como pequeña pieza de tu cabeza, la que te saluda a la distancia de tus sueños con los mejores sentimientos de los que soy capaz de producir en el instante cuando los pies tocan el horizonte de tu mirada con la cual atraviesas el pasto circundante de los días en los cuales no existe la tierra con los suspiros aliviados, desencantados y frágiles que oscurecen algunos sistemas.
Hoy en la esperanza de tu voz que es mi voz, espero la guerra que pronto se avecina reina de los mares del lugar equivocado al otro lado del río de la plenitud que eran los antepasados, vigorosos guerreros, cazadores mágicos, poderosos intelectuales de los bajos mundos, donde las conciencias eternas no existen ni se derraman; porque aquí solo hay locura con un poco de añoranzas en las fuentes de la eterna juventud, vista en la mano de algún espejo caído de la guerra a la cual llegamos por accidente.
Si estás en tu lado o en el mío házmelo saber para poder recorrer contigo el más allá anhelado por todos los mortales en la esfera despojada y alucinante. Ahora te encuentras tan ausente como los ríos de plata y oro que en otro momento buscaron esos entes ridículos que hacen mis días más lógicos y menos apetecibles.
Recuerda que te amo como a mi misma y espero que pronto puedas hablarme, no solo observarme a través de tus espejos que consolidan mi alma y llegan a la locura por estar muy distante de todos los otros humanos.
Hoy te vi algo preocupado por mi, lo cual es mi mejor regalo, porque en mi imaginación cabes con todo lo que tienes. Gracias por darme aliento, promesa de reír y mágicas palabras que atinen, y afinen mi espíritu que anda por estos días loco de alegría prospera e irónica, ya sabes lo que dicen, “es mejor reírse de una misma” eso hago porque muero todos los días. Ahora que lo pienso a todos nos sucede igual. Entonces ¿en qué quedamos?
Tal vez…
Un beso a los de todos lados.
Un abrazo para el penitente.
Una caricia a los infantes.
Un aplauso a las palabras sabias.
Un espacio a la locura de ser seres humanos.
Querido ser de hojalata, te veo en mis sueños…

P.D
Escrito hace tiempo, uno que ahora no recuerdo.

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